Riego de precisión en clm: optimización hídrica con sensores y teledetección

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Cada agricultor de Castilla-La Mancha que conocemos lo dice claro: el agua no da para errores. Y menos ahora. Lo que antes se podía corregir con un riego de más, hoy se paga en el contador, en el coste energético y en la propia rentabilidad del cultivo.

Pero hay otra forma de regar. No se trata de inventar nada nuevo, sino de aprovechar lo que ya tenemos: datos. Datos que nos dicen cuándo y cuánto necesita el cultivo realmente, y que nos ayudan a optimizar cada decisión en la parcela.

Con sensores de humedad en el suelo, imágenes satelitales, modelos de teledetección y estaciones climáticas bien configuradas, hoy podemos hacer que el agua que llega al cultivo sea justo la que hace falta, en el momento que corresponde.

Ni más, ni menos. Eso es trabajar con visión, con eficiencia, con una verdadera optimización de cultivos.

En este artículo queremos contarte cómo aplicamos estas tecnologías en campo, qué resultados estamos viendo en explotaciones reales y por qué creemos que este es el camino para que nuestros cultivos sigan siendo rentables en un contexto cada vez más exigente.

¿Qué es el riego de precisión y por qué es clave hoy en día?

Cuando hablamos de riego de precisión, no estamos diciendo que haya que cambiar todo el sistema de riego o montar una nave espacial en la finca. Lo que estamos diciendo es: vamos a tomar decisiones de riego con datos, no solo con la intuición.

Riego de precisión es saber exactamente cuánta humedad hay en el suelo en cada zona de la parcela. Es conocer cómo responde el cultivo a cada fase del ciclo. Es anticiparse a las necesidades de la planta, en lugar de llegar tarde o quedarse corto.

¿Por qué es clave en Castilla-La Mancha? Porque aquí, más que en otros sitios, el agua es un recurso limitado y caro. Y porque muchos de los cultivos leñosos que se están implantando —almendro, pistacho, viña, olivar intensivo— responden muy bien cuando el riego se ajusta de forma precisa. Ni el olivo ni el pistacho, por ejemplo, quieren un suelo permanentemente húmedo: quieren el agua bien dosificada, en el momento que toca.

Además, en la práctica, el riego de precisión no solo es ahorro de agua. Es mejor estructura de suelo, menos riesgo de enfermedades, más uniformidad de producción y, en definitiva, más kilos y más calidad.

Por eso en Girasol Prex lo vemos claro: quien quiere hacer una verdadera optimización de cultivos hoy en día tiene que tener en cuenta el riego de precisión. No es futuro, es presente.

Cómo funcionan los sensores y la teledetección en el campo

Cuando hablamos con los agricultores sobre riego de precisión, siempre surge la misma pregunta: “¿Y cómo se aplica esto en la práctica?”. Vamos a explicarlo con un ejemplo típico que se ve en muchas explotaciones de Castilla-La Mancha.

Imagina una finca de pistacho o de almendro joven, con riego por goteo instalado. Hasta ahora, el agricultor ha estado regando según su experiencia y un calendario general, como se ha hecho toda la vida.

Sin embargo, observa que hay zonas donde los árboles no evolucionan igual: algunos muestran estrés, otros parece que reciben más agua de la necesaria.

En un caso así, aplicar tecnologías de sensores de humedad y teledetección puede marcar la diferencia. Se instalan sensores a distintas profundidades para monitorizar la humedad real del suelo en cada parte de la parcela.

A la vez, se utilizan imágenes satelitales que permiten seguir la evolución del cultivo (por ejemplo, con índices de vegetación como el NDVI), y detectar zonas que necesitan más o menos aporte hídrico.

Con estos datos, el agricultor pasa de regar «por rutina» a regar cuando realmente hace falta, en la cantidad adecuada y ajustada a las necesidades del cultivo en cada momento.

El resultado habitual cuando se aplica bien este enfoque: ahorro de agua, reducción de costes energéticos, mejora de la uniformidad en el cultivo y una producción más equilibrada. Es decir, una verdadera optimización de cultivos que se traduce en mejor rentabilidad.

Esto es lo que permite el riego de precisión: herramientas prácticas que ayudan al agricultor a tomar decisiones con más criterio y menos incertidumbre.

Ventajas reales para el agricultor

Cuando un agricultor da el paso y empieza a trabajar con riego de precisión — combinando sensores y teledetección — lo que busca, al final, es ver resultados claros. Y eso es lo que más nos gusta explicar: porque no estamos hablando de tecnología por tecnología, sino de mejorar la rentabilidad de la explotación.

Siguiendo con el ejemplo que veíamos antes (una finca de pistacho en riego por goteo), te contamos qué resultados se suelen obtener cuando se aplica bien este enfoque:

  1. Ahorro de agua
    Uno de los resultados más directos. En muchas explotaciones que pasan de riego «por calendario» a riego basado en sensores y teledetección, es común lograr entre un 20 % y un 30 % de ahorro en el consumo total de agua por campaña. No porque se deje de regar, sino porque se riega de forma más eficiente y solo cuando hace falta.
  2. Menos costes energéticos
    Cada metro cúbico de agua que no se bombea es un ahorro directo en energía. En cultivos de leñosos en CLM, se calcula que el bombeo puede representar entre un 25 % y un 40 % del coste energético total de la finca en época de riego. Si reduces un 20-30 % el consumo de agua, la factura eléctrica baja en la misma proporción.
  3. Mejor sanidad y estructura del suelo
    El exceso de riego es uno de los grandes enemigos de la sanidad del cultivo. Al regar mejor, se reduce la aparición de enfermedades de raíz y problemas de asfixia. Además, se mejora la estructura del suelo, evitando compactaciones y encharcamientos que perjudican el desarrollo radicular.
  4. Mayor uniformidad del cultivo
    Uno de los aspectos más valorados. Cuando el riego se ajusta bien, el cultivo responde de forma más homogénea. Eso se traduce en menos árboles «atrasados», mayor homogeneidad en el calibre y en la madurez del fruto. En viña y pistacho, por ejemplo, esto puede representar fácilmente una mejora del 10-15 % en la calidad comercial de la producción.
  5. Más kilos y más rentabilidad
    No siempre se trata de sacar más kilos, sino de que esos kilos sean de mejor calidad y más homogéneos. En cultivos donde se paga por calidad o tamaño (pistacho, almendra, uva de calidad), ajustar el riego puede suponer una mejora de entre un 5 % y un 15 % en el valor neto de la producción.
  6. Tranquilidad y control
    Quizá la ventaja más difícil de medir, pero la que más agradecen muchos agricultores: poder tomar decisiones con datos y no con suposiciones. Saber que el riego se está haciendo de forma precisa y controlada, sin «pasarse» ni «quedarse corto», da una seguridad que vale mucho.

Como ves, las ventajas del riego de precisión no son teoría: son resultados muy tangibles que hoy ya están al alcance de cualquier explotación que quiera trabajar de forma más eficiente. Y en Castilla-La Mancha, donde el agua es oro, cada mejora cuenta.

Nuestra experiencia y recomendaciones en Girasol Prex

En Girasol Prex llevamos tiempo viendo cómo el uso de sensores y teledetección ha cambiado la manera de gestionar el riego en muchas explotaciones de la región. Y si algo hemos aprendido es que no hace falta meterse en grandes inversiones ni en sistemas complicados para empezar a notar mejoras.

Lo primero que recomendamos siempre es empezar de forma progresiva y bien asesorado. No se trata de poner tecnología por ponerla, sino de elegir bien qué información te va a aportar valor real. En muchos casos, unos buenos sensores de humedad de suelo, bien colocados, ya suponen un cambio importante en la forma de regar.

Si además se complementa con imágenes satelitales periódicas, se gana una visión global de la parcela que ayuda mucho a detectar zonas problemáticas o a ajustar los riegos en función del desarrollo del cultivo.

Eso sí: para que el sistema funcione, hay que integrar los datos en la rutina de trabajo. No sirve de nada tener sensores si luego no se consultan o no se ajusta el riego en consecuencia. Por eso insistimos mucho en que el agricultor se implique y en que el sistema sea fácil de entender y de usar en el día a día.

Y por último, una recomendación básica: empieza cuanto antes. Cada campaña que pasa sin optimizar el riego es agua que se pierde, costes que se podrían evitar y margen de mejora que se está dejando escapar.

La tecnología ya está al alcance de cualquier explotación profesional. Y en un contexto como el de Castilla-La Mancha, donde cada gota cuenta, creemos que dar este paso es más necesario que nunca.

Si quieres valorar cómo podría funcionar en tu finca, estaremos encantados de asesorarte.