Compatibilidad entre labores de despedrado y cimentación: Cómo preparar el suelo para edificaciones rurales

farmers-discussing-olive-collection-in-olive-grove-2025-02-21-22-44-37-utc de tamaño grande

Cuando alguien decide construir en una finca, lo normal es que tenga claro el uso del edificio: una nave para maquinaria, un pequeño almacén, incluso una caseta para aperos o animales.  

Pero hay una parte del proceso que muchos pasan por alto y que, si no se cuida desde el principio, puede traer problemas serios a la larga: preparar bien el terreno. Hoy queremos contarte, desde nuestra experiencia en Girasol Prex, cómo preparar el suelo para edificaciones rurales poniendo el foco en dos pasos clave: el despedrado y la cimentación. 

¿Qué es el despedrado y por qué es tan importante antes de construir? 

Aquí en Castilla-La Mancha, no nos sorprende encontrarnos con suelos llenos de piedra. Es lo habitual. Y aunque eso no siempre es un problema para el cultivo, cuando hablamos de construir una estructura, la cosa cambia. 

El despedrado es básicamente eso: quitar del suelo las piedras grandes que pueden molestar, romper maquinaria o, en este caso, perjudicar la estabilidad de una construcción. Puede parecer una tarea sencilla, pero tiene su técnica.  

No es lo mismo despedrar para sembrar que para cimentar. Cuando uno va a poner una losa o levantar muros, necesita que el terreno esté uniforme, sin huecos, sin zonas duras alternando con zonas blandas. 

En Girasol Prex llevamos años viendo lo que pasa cuando se construye sobre un terreno que no está bien preparado: grietas, asentamientos irregulares, filtraciones de agua… Y la mayoría de esos fallos empiezan en el suelo.  

Por eso, insistimos tanto en que, si te preguntas cómo preparar el suelo para edificaciones rurales, el despedrado no puede faltar. 

 

Lo que se gana (y lo que se evita) con un buen despedrado 

Vamos al grano. ¿Qué conseguimos al hacer un buen despedrado antes de cimentar? 

Primero, tranquilidad. La tranquilidad de saber que esa nave o esa caseta que estás levantando va a aguantar firme. Eliminar las piedras grandes permite una compactación homogénea del terreno, algo que es clave para que la cimentación trabaje bien. 

Además: 

  • Evitamos zonas de presión desigual. 
  • Prevenimos hundimientos o movimientos en la estructura. 
  • Mejoramos el drenaje, que es fundamental en ciertas zonas. 
  • Facilitamos que la maquinaria de obra trabaje de forma más rápida y segura. 

En resumen: es invertir en hacer las cosas bien desde el principio. Si volvemos a la pregunta central, cómo preparar el suelo para edificaciones rurales, esta es una de esas tareas que marca la diferencia sin que se vea a simple vista. 

¿En qué momento del proceso se hace el despedrado? 

Muchos nos preguntan: «¿Cuándo es mejor despedrar si quiero construir?» Y la respuesta es sencilla, pero hay que tenerla clara. 

Primero, si el terreno tiene mucha vegetación o está abandonado, conviene hacer un desbroce. Después, una vez tienes claro dónde va la construcción, hacemos el replanteo. Y ahí es cuando entra el despedrado. 

Dependiendo del terreno, usamos diferentes técnicas. Si las piedras están superficiales, podemos trabajar con despedradoras mecánicas. Si están más profundas o son muy grandes, usamos retroexcavadoras con cazos cribadores.  

Lo importante es no pasarse ni quedarse cortos: hay que retirar lo justo para asegurar una buena base, sin debilitar el terreno. 

Una vez retiradas las piedras, se puede nivelar y compactar. Ese suelo ya está listo para recibir la cimentación sin sorpresas. 

Un caso práctico: finca con terreno pedregoso en La Mancha 

Para hacer todo esto más claro, vamos a exponerte un caso práctico. No es un caso real, pero lo hemos creado basándonos en situaciones que nos encontramos frecuentemente. Así verás cómo se aplican todas estas técnicas en una situación real, o casi. 

Imagina que un cliente nos contacta desde una finca en la zona de La Mancha. Quiere construir una nave agrícola de unos 200 metros cuadrados para almacenar forraje y maquinaria.  

El terreno es plano, pero al inspeccionarlo, encontramos muchas piedras, algunas sobresaliendo del suelo. Hablamos de piedras grandes, de 15 a 25 cm de diámetro.  

A simple vista, parece un terreno utilizable, pero sabemos que esas piedras van a complicar mucho la cimentación. 

El primer paso es hacer un estudio rápido del terreno. Descubrimos que, a solo 30 cm de profundidad, hay bloques de piedra caliza que van a interferir con la cimentación. Lo que hacemos a continuación es despejar toda la zona donde irá la nave.  

Usamos una despedradora mecánica para quitar las piedras más superficiales y, con retroexcavadora, retiramos los bloques grandes que se encuentran más abajo. 

Al final, conseguimos retirar unas 12 toneladas de piedra de un área de 300 metros cuadrados. Pero no solo retiramos las piedras: también nivelamos el terreno y compactamos bien la zona.  

Esto asegura que, cuando llegue el momento de colocar la cimentación, el terreno va a estar perfectamente preparado. No hay huecos ni zonas de presión desigual. 

Este es el tipo de intervención que hace que todo el proceso de construcción sea mucho más rápido y seguro. Una vez terminamos, el cliente pudo continuar con la obra sin tener que lidiar con problemas de asentamientos o grietas. Además, la obra se ejecutó en menos tiempo del esperado, ya que el terreno estaba en condiciones óptimas para el siguiente paso. 

Consideraciones adicionales a tener en cuenta 

Es importante recalcar que, aunque el despedrado es un paso fundamental, no siempre es suficiente por sí solo.  

Si el terreno tiene una gran cantidad de arcilla o material blando, puede ser necesario realizar una mejora de la capacidad de carga del suelo mediante tratamientos adicionales, como la estabilización con cal o cemento.  

Esto evitará que el suelo se comprima más de lo esperado y garantice una base sólida para la cimentación. 

Además, el tipo de maquinaria a utilizar depende no solo de la cantidad de piedra, sino también del tipo de construcción que se vaya a realizar.  

Para estructuras ligeras, puede ser suficiente con una despedradora pequeña, pero en construcciones de mayor tamaño, como naves industriales o almacenes, será necesario usar maquinaria más pesada, como excavadoras o incluso trituradoras, para asegurar que el terreno quede perfectamente preparado. 

La clave está debajo de nuestros pies 

A veces nos centramos en el proyecto, en los materiales, en cómo quedará la estructura… y nos olvidamos del suelo. Pero si hay algo que hemos aprendido en todos estos años en Girasol Prex es que todo empieza por abajo. 

Un suelo bien despedrado y preparado es la base de cualquier buena cimentación. No es algo que se vea, pero sí que se nota con el tiempo. Evita problemas, mejora el rendimiento de la obra y da esa seguridad que solo se consigue haciendo las cosas con criterio. 

Así que, si tienes en mente construir algo en tu finca, ya sabes por dónde empezar. Y si necesitas que te echemos una mano, aquí estamos. Sabemos cómo preparar el suelo para edificaciones rurales y lo hacemos como si fuera para nosotros.